Ganó Colombia y perdieron las Farc, la izquierda recalcitrante y los politiqueros del clan de la corrupción disimulada con el nombre de mermelada. Nació una nueva visión de la política en Colombia.
- El gobierno Santos demostró incapacidad para concebir un plan estratégico para negociar con las Farc y dedicó todo su arsenal a la publicidad engañosa enfilada a lograr el sí en el plebiscito. Toda su estratagema propagandística se vino al suelo como un castillo de naipes.
- Las Farc encaran una situación más compleja al interior del grupo terrorista, frente a la opinión pública y frente al mundo.
- La probabilidad de que las Farc regresen al terrorismo urbano es uno de los cursos de acción del grupo terrorista.
- El Centro Democrático propone que los terroristas paguen cárcel efectiva por sus delitos, que no tengan participación política, que reparen a las víctimas y que entreguen todas sus riquezas. Esto es casi improbable.
- Las Farc buscan dilatar las conversaciones venideras con el fin de comprometer al próximo gobierno. Difícilmente lograrán algún acuerdo con el gobierno Santos.
- El desgaste venidero para Santos será acelerado y existe pro ahora la alta posibilidad que se vea obligado a renunciar al cargo debido al fracaso estruendoso de su auto-propagandista plan de paz.
- Los negociadores del gobierno deben renunciar todos por incompetentes. No fueron capaces de doblegar a las Farc en la mesa de conversaciones, y por el contrario permitieron que los terroristas les impusieran todo lo que quisieron.
- El triunfo del No en el plebiscito, no es patrimonio exclusivo del uribismo. Es la consecuencia lógica del agotamiento de un pueblo frente a las barbaridades de las Farc y las tramas politiqueras de Juan Manuel Santos y su cohorte. El fracaso santista habría sido peor, si miles de electores que nunca habían participado en comicios, hubieran votado por el No como era su deseo.
- El temor a que Colombia caiga en una deplorable situación socio-política similar a la de Venezuela o Cuba, incidió en que siete millones de votantes dijeran no a los acuerdos personales entre Santos y las Farc. El pueblo colombiano no se sintió representado aquí.
- Por ahora no hay claridad en el horizonte de los escenarios venideros, sin embargo, las circunstancias derivadas de la presión nacional e internacional podrían incidir en que las Farc bajen la consuetudinaria arrogancia y entiendan que políticamente son rechazados por el pueblo colombiano, por ende deben dejar el terrorismo y aceptar las responsabilidades penales de sus actos.
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 31 libros.