EL MACRISMO Y LA CORRUPCIÓN DE NIÑOS Y ADOLESCENTES

UNA GUÍA DEL MINISTERIO DE SALUD Y DESARROLLO SOCIAL

Salud sexual y reproductiva

Según el Comité de Expertas/os de la OEA, la salud sexual constituye ”un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedades, disfunciones o dolencias. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin coacción, discriminación ni violencia”.

En relación con la atención de la salud sexual y reproductiva de NNyA, en la Argentina contamos con estándares constitucionales que obligan al sistema de salud a prestar especial atención a la provisión efectiva de estos servicios.

La Ley N° 25.673 que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, tiene como objetivos, entre otros, promover la salud sexual de los/las adolescentes y garantizar el acceso a información, orientación, métodos y servicios de salud sexual y reproductiva.

Reconociendo la importancia de la salud sexual y la salud reproductiva, así como a necesidad de tomar medidas para aumentar el acceso de NNyA a dichos servicios, el Comité de los Derechos del Niño, en su Observación General N°15 (2013), recomendó a los Estados “permitir que los niños accedan a someterse a determinados tratamientos e intervenciones médicas sin el permiso de un progenitor, cuidador o tutor, como la prueba del VIH y servicios de salud sexual y reproductiva, con inclusión de educación y orientación en materia de salud sexual, métodos anticonceptivos y aborto en condiciones de seguridad”.

MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS

El Comité de los Derechos del Niño, recomendó específicamente ampliar la disponibilidad de los métodos anticonceptivos para NNyA sexualmente activos/as:

Las consultas de NNyA por métodos anticonceptivos son prestaciones de emergencia que cualquier integrante del equipo de salud puede proporcionar. Su entrega no puede estar sujeta a turnos previos, horarios de atención limitados, consultas extendidas, etc.

Los métodos anticonceptivos como los preservativos, los métodos hormonales y los anticonceptivos de emergencia, deben estar a disposición inmediata de los/as adolescentes sexualmente activos/as. También deben facilitarse métodos anticonceptivos a larga duración (DIU e implante subdérmico) (NNyA: Niños y Adolescentes)

http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001080cnt-salud-adol-lgbti.pdf

Salud y Derechos de niñas, niños y adolescentes LGBTI

En 2013, la Comisión de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas elaboró un documento en el que rechazó especialmente la discriminación por “color de piel, origen nacional, religión, discapacidad, condición económica, sexo género, identidad de género y orientación sexual”. Una de las preocupaciones de esta Comisión fueron las desigualdades en el acceso a derechos originadas en el género de NNyA y que tienen un impacto en su salud.

DERECHO A LA IDENTIDAD DE GÉNERO

La Ley 26.743 de Identidad de Género (LIG), reconoce a las personas el derecho a realizar la rectificación de su identidad legal (nombre y sexo) a partir de cómo se autoperciba e incorpora en el Plan Médico Obligatorio (PMO) tratamientos hormonales y cirugías que usualmente las personas trans pudieran llevar a cabo para la modificación corporal, si así lo solicitara.

Esta incorporación, a través de la reglamentación del art. 11 de la ley, obliga a las obras sociales, a las empresas de medicina prepaga y a la salud pública a incluir prestaciones en forma gratuita, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa

A partir de los 16 años, el/la adolescente puede peticionar todos los procedimientos que habilita la LIG, prescindiendo del requisito de mayoría de edad, previsto en su art. 11; de acuerdo al art. 26 del CCyC.

PRINCIPIOS DE YOGYAKARTA

Los Principios de Yogyakarta reconocieron que la orientación sexual y la identidad de género eran “esenciales para la dignidad y la humanidad de toda persona y no deben ser motivo de discriminación o abuso”

En cuanto a la salud, el Principio N°17 establece, entre otras cosas, que los Estados firmantes deberán adoptar todas las medidas que sean necesarias para asegurar el disfrute del derecho al más alto nivel posible de salud física y mental, sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género y que todas las personas tengan acceso a servicios de salud, incluidos los relacionados con la salud sexual y reproductiva, así como a sus propias historias clínicas, sin discriminación. En referencia a los abusos médicos contra NNyA, el Principio N° 18 establece que se adoptarán todas las medidas que sean necesarias a fin de asegurar que el cuerpo de ninguna criatura sea alterado irreversiblemente por medio de procedimientos médicos que procuren imponerle una identidad de género sin su consentimiento pleno, libre e informado.

-Los cuerpos intersex muestran claramente que la interpretación del sexo no puede reducirse al plano biológico. La cultura, la política y la historia influyen sobre qué se considera una genitalidad apropiada en un contexto determinado. Los equipos de salud debemos tener en cuenta que la variedad de sexos no se reduce a dos posibilidades (masculino o femenino)

-Asumir y/o expresar una identidad de género en el medio en el que vivimos no dice nada de nuestra orientación sexual ni de qué o a quién deseamos. La forma en que vivimos nuestra identidad de género y la expresamos no está vinculada con quién nos seduce o a quién deseamos. Una mujer cis puede verse atraída por otra mujer cis, por un varón cis, por una trans, por ninguna de estas opciones, o inclusive por todas ellas a la vez. Además, es importante destacar que tener prácticas sexuales con personas de una u otra genitalidad no implica necesariamente definirse como heterosexual, lesbiana, gay o bisexual.

-El mero hecho de ser adolescente LGBTI no implica necesariamente una experiencia social y/o personal insatisfactoria o estresante. Las identidades LGBTI pueden fortalecerse y afirmarse cuando encuentran espacios de contención y aceptación social, oportunidades para la asociación y la acción colectiva y referentes positivxs con quienes identificarse. Entre ellxs, los equipos de salud e instituciones comprometidas con el derecho a la saludentendida como un derecho humano.

-Dada la fluidez de la sexualidad y del género, debemos contemplar los posibles cambios de orientación y prácticas sexuales, así como de identidad y expresión de género de lxs adolescentes

-Hablar de sexo anal con lxs adolescentes implica librarse de prejuicios, de juicios de valor ético-morales y de toda creencia que genere distancia y dificultad para hablar sin tapujos. Se debe explicar que es una forma de expresar su sexualidad sanamente, que no debe sentirse avergonzadx por ello, y que solo se hablará del tema para asegurar el cuidado y el disfrute de su sexualidad.

-Los Principios de Yogyakarta fueron confeccionados por un grupo de especialistas en derechos humanos, en el marco de la ONU, en noviembre de 2006. A través de ellos se promocionó la aplicación de legislación internacional en contextos locales sobre derechos humanos vinculados a la orientación sexual y la identidad de género. Los Principios de Yogyakarta reconocieron que la orientación sexual y la identidad de género eran “esenciales para la dignidad y la humanidad de toda persona y no deben ser motivo de discriminación o abuso” (Principios de Yogyakarta, 2007: 6).

http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001080cnt-salud-adol-lgbti.pdf

PERVERSIONES MACRISTAS (a cargo de Fabiana Tuñez, lesbiana y abortista)

El presidente Mauricio Macri presentó hoy el Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos (PIOD) 2018-2020 a través del cual el Gobierno impulsará un conjunto de políticas públicas coordinadas entre todos los Ministerios y en el marco de un proceso de diálogo con la sociedad civil y con el sector privado con el objetivo de promover y garantizar la igualdad de género.

Durante la presentación, que se realizó esta mañana en la residencia de Olivos, estuvieron presentes la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, y la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Fabiana Tuñez.

Macri sostuvo que la igualdad de oportunidades para las mujeres “es un debate que comenzó y que no vuelve para atrás, y en el que todos los días vamos a dar un paso adelante”.

“Este cambio que queremos llevar adelante es un cambio que incluye absolutamente a todos. Y por eso también quiero volver a destacar realmente la valentía y el coraje de las mujeres que están llevando a cabo esta revolución”, sostuvo el Presidente.

El Plan -elaborado en conjunto por todos los Ministerios y organismos descentralizados del Poder Ejecutivo Nacional– fue coordinado por el Instituto Nacional de las Mujeres, organismo rector en políticas públicas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Stanley subrayó: “Son más de 200 medidas consensuadas, integradas, pensadas, coordinadas, en un momento donde claramente la sociedad, la Argentina y el mundo cambiaron, hay un cambio cultural, una transformación que empezó y que no para, pero también hay desigualdades estructurales que tenemos que solucionar”.

“A veces pensamos que hicimos mucho, y es verdad, hicimos, empujamos, trabajamos, pero hay una encuesta que nos dice que si solo seguimos a este ritmo vamos a tener que esperar 217 años para lograr la verdadera igualdad. ¿Y saben quién es el primero que no está dispuesto a esperar esos 217 años? Mauricio Macri, nuestro Presidente”, aseveró la ministra.

Por su parte la titular del INAM, Fabiana Tuñez, detalló además que se trabajó “sobre tres pilares: la autonomía física, la autonomía en la toma de decisiones, la autonomía que tiene que ver con el empoderamiento económico de las mujeres, y la interrelación entre estas autonomías”, y explicó que Argentina era el único país de la región, junto con Cuba, que no contaba con un Plan de Igualdad.

“Esto no empieza hoy. Empezó el 10 de diciembre de 2015. Este Plan es una hoja de ruta, genera diálogo con los diferentes poderes del Estado y también ha tomado en cuenta la relación con las empresas. Estamos dando un paso más para hacer de la nuestra una sociedad más justa y plenamente democrática”, remarcó Tuñez.

El programa contempla acciones a desarrollar en tres años que van desde la capacitación a funcionarios y funcionarias y el establecimiento de la licencia por violencia hasta la elaboración del presupuesto nacional con perspectiva de género.

Cuenta con el apoyo de ONU Mujeres y el Banco Interamericano de Desarrollo.

El objetivo es llevar adelante un proceso de diálogo y elaboración conjunta destinado a generar, sistematizar y promover iniciativas existentes, generar nuevas políticas públicas y, principalmente, garantizar la introducción efectiva de la perspectiva de género en el Estado.

Las metas específicas que plantea el Gobierno a través del PIOD incluyen promover el aumento de las mujeres en espacios de toma de decisión, tanto en el ámbito público como privado.

Además, mejorar el acceso, permanencia y condiciones de trabajo de las mujeres en el mercado laboral; fomentar la reducción de la brecha salarial de género; prevenir, atender, sancionar y erradicar todas las formas de violencia; fortalecer la educación sexual integral y promover el acceso a la anticoncepción.

Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos (2018-2020)

¿Qué es el Plan de Igualdad?

Es una herramienta de planificación para impulsar políticas públicas que promuevan la igualdad entre los géneros en Argentina.

El objetivo del Plan es generar las condiciones para que todas las todas las personas, independientemente de su género, tengan las mismas posibilidades de acceder y ejercer sus derechos y desarrollar su proyecto de vida libremente.

Esta gestión ha dado pasos sustantivos para promover, por primera vez, distintas dimensiones de la agenda de género – erradicación de la violencia, prevención del embarazo no intencional, debate parlamentario sobre la interrupción voluntaria del embarazo, persecución del delito de trata de personas, impulso de legislación sobre equidad salarial, aprobación de la Ley de Paridad de Género en el ámbito legislativo y conformación de gabinete ampliado de mujeres. El Plan potencia ese compromiso y a su vez promueve más acciones en todos los niveles.

¿Para qué un Plan de Igualdad?

El Poder Ejecutivo reconoce a la igualdad de género como un Derecho Humano y el Plan viene a traducir esta visión en acciones concretas como Política de Estado.

Además de ser moralmente exigible, la igualdad es económicamente rentable. Según estimaciones del FMI “si los países de América Latina aumentasen la participación laboral femenina hasta el nivel medio de los países nórdicos (que ronda el 60%), el PIB per cápita podría ser hasta un 10% más alto” [1].

El Plan da cumplimiento a las obligaciones internacionales asumidas por el país al adherir a la Agenda 2030 ONU, y a las recomendaciones emanadas de organismos como el Comité CEDAW, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la CIDH. Argentina es, junto con Cuba, uno de los únicos países de la región que no cuenta con un Plan de Igualdad.

¿Cómo se elaboró el Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos?

El Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) en su calidad de organismo rector de las políticas públicas para la igualdad de género coordinó el proceso de elaboración de los compromisos que asumen cada uno de los organismos y Ministerio de la Administración Pública Nacional, a partir de la identificación de ejes prioritarios realizada en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y las integrantes del Consejo Federal de las Mujeres.

¿En qué consiste puntualmente el Plan?

El PIOD contempla más de 200 acciones generales a desarrollar en tres años por parte los organismos de la administración pública nacional. Están organizadas en cuatro ejes de acción cado uno con objetivos estratégicos propios:

Autonomía en la toma de decisiones:

Promover el aumento y la calidad de la participación de las mujeres y población LGBTIQ en los ámbitos cultural, político, económico y social.

Promover la participación ciudadana de las mujeres y población LGBTIQ orientando la inserción real, efectiva y activa en los diferentes ámbitos de la toma de decisiones.

Autonomía física:

Prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las niñas, mujeres, lesbianas, feminidades trans y travestis y garantizarles acceso a una justicia efectiva en el marco de la Ley de Protección Integral a las Mujeres (26.485) y del articulado de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) suscripto por el Estado Argentino.

Alcanzar el nivel más elevado de salud en todas sus dimensiones, incluidos los derechos sexuales y los derechos reproductivos con el fin de que pueda adoptar decisiones libres de discriminación, coacciones o violencia de acuerdo a la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable (25.673), y los estándares establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 y 5.

Autonomía económica:

Mejorar la igualdad de oportunidades de las mujeres y población LGBTIQ en el acceso, permanencia y condiciones de trabajo en el mercado laboral.

Promover el acceso de las mujeres y población LGBTIQ al trabajo remunerado, al empleo formal y a recursos productivos en condiciones de igualdad.

Alentar/facilitar la conciliación y corresponsabilidad de la vida personal, familiar y laboral, con particular énfasis en la Administración Pública Nacional.

Transformación Cultural (Interrelación de las autonomías):

Promover la transformación de valores culturales que naturalizan las desigualdades entre los géneros.

Promover los espacios de intercambios y construcción de sujetos sociales, ciudadanos/as, comprometidas en la transformación de la realidad; en la producción de procesos de inclusión y cohesión social con igualdad de oportunidades y libres de violencia.

Se han identificado 34 acciones “clave” –representativas de los ejes de acción del Plan que serán monitoreadas por el INAM y que incluyen desde la capacitación a funcionarios y funcionarias, el establecimiento de la licencia por violencia y la extensión de licencias para progenitores/as no gestantes en la Administración Pública hasta la elaboración del presupuesto nacional con perspectiva de género-

Medidas Clave del Plan

Autonomía Física

Educación Sexual Integral

Mejorar el acceso de la población general a métodos anticonceptivos en las 24 jurisdicciones del país para el 2020.

Garantizar que todas las escuelas del país cuenten con un equipo docente capacitado que funcione como referente de Educación Sexual Integral.

Evaluar los conocimientos adquiridos en Educación Sexual Integral del alumnado, docentes y directores por medio del monitoreo de contenidos en los operativos Aprender y Enseñar.

https://www.argentina.gob.ar/noticias/plan-nacional-de-igualdad-de-oportunidades-y-derechos-2018-2020

Notas del Francotirador

Sobre Fabiana(¿o “Fabián”) Tuñez ver

https://www.aladerecha.com.ar/?p=831

http://catapulta.com.ar/?p=7645

SIONISMO Y COMUNISMO – LAS IDEAS DE VLADIMIR JABOTINSKY (II)

(Segunda parte del artículo de Alberto Falcionelli aparecido en la última entrega)

Con estas páginas verdaderamente proféticas, queda perfectamente aclarada la «incógnita» de las relaciones del movimiento sionista con el comunismo internacional y se descubre con claridad meridiana el porqué profundo de la política de apoyo llevada a cabo sin pausa por el gobierno soviético a favor de los países árabes, a partir del momento mismo de la fundación del Estado de Israel. Así también se develan las razones por las que Stalin se puso de acuerdo con el presidente Truman para hacer aceptar esta fundación por las Naciones Unidas. Algunas mentes atormentadas hablaron entonces de una vasta conspiración pluto-judeo-marxista y, aparentemente, la victoria del general Dayán no les ha servido de lección, si bien esta sea una victoria sobre el comunismo del que los árabes no han sido más que los instrumentos pasivos. No pocos, incluso, obnubilados hasta la paranoia, se han negado a aceptar-aun cuando ellos mismos se declaren activamente anticomunistas- que esta derrota soviética constituye una ventaja inapreciable para Occidente en su totalidad. Pues, en verdad, su odio inapagable contra Estados Unidos los lleva a colocar en hibernación su oposición al marxismo-leninismo. Pues bien, Stalin contribuyó con tanta decisión a la creación del Estado de Israel pura y simplemente porque ello le permitiría aprovechar -a pocos gastos, creía él- la tensión así liberada en el punto más débil de la cadena estratégica occidental. Él se encargó, en efecto -y, tras él, sus sucesores- de transformar esta tensión en foco cada vez más peligroso de perturbación. Las tropas israelíes han puesto en claro esta intención dialéctica, análoga, por otra parte, a la que condujo el georgiano a firmar su pacto con Hitler en 1939.

Queda abierta la cuestión de la «colusión» entre el movimiento sionista y plutocracia. En efecto, es innegable que el barón Edmond de Rothschild es un plutócrata de primer rango a la par que presidente del Comité de Coordinación de las organizaciones hebreas en Francia y, con sus parientes y allegados, de este mismo Comité en el resto del mundo libre.

DESPUÉS DE 51 AÑOS, THEODOR HERZL (EN LA FOTOGRAFÍA SUPERIOR) VIO HECHA REALIDAD SU MÁXIMA ASPIRACIÓN..

Se habla entonces, esta vez, del Estado de Israel como el agente de los designios sombríos de dicha plutocracia, aun cuando resulte difícil ya relacionar estos designios con los del comunismo internacional. Pues bien, como apuntaba Jabotinsky, los burgueses, aun los burgueses hebreos -y cuanto más burgueses mejor- son quienes detentan el dinero que el Estado de Israel necesita para edificarse y sobrevivir. Es muy lógico, por consiguiente, que el Sr. Ben Gurion recurra al barón Rothschild, como Jabotinsky recurría al barón Hirsch. Mas, pregunto yo: cuando se va a la lucha con tanta resolución ¿se es agente de la alta confianza o, simplemente, hombre dispuesto a entregarlo todo, la propia vida para empezar, para la defensa y honor de la patria? Obviamente, no espero ninguna contestación a esta pregunta que formulo únicamente para esclarecer un poco más el cuadro. Mas, lo temo mucho, no tendremos que esperar demasiado tiempo para comprobar que no pocos de estos anticomunistas se habrán alineado -sin notarlo siquiera, por su odio telúrico a unos Estados Unidos en los que quieren ver la fuente de todas sus frustraciones, y a un sionismo al que, «decentemente», ya no pueden tildar de cripto-comunista, satisfaciéndose ahora con acusarlo de actuar como agente cruel y despiadado de la «plutocracia internacional»- en las posiciones que mejor sirvan los designios de Moscú.

Desde los tiempos de los Protocolos de los Sabios de Sión y, con mayor insistencia, a partir de la fundación del Estado de Israel en 1948, se ha hablado de los designios obscuros y siniestros de la llamada «internacional judía». Algunos se contentan con hacerlos coincidir con los de la plutocracia, igualmente internacional; otros, como Hitler, con los del comunismo: en este caso se habla de «judeo-marxismo». Finalmente, vistos los resultados, se ha ido creando e imponiendo una distinción entre judíos sionistas y judíos anti-sionistas. Esta distinción es real, en efecto. Mas, allí donde empieza a responder mediocremente a la realidad, en cuanto se hace de los primeros unos simples agentes del comunismo, y de los segundos unos ciudadanos políticamente inocuos. La verdad es bastante distinta.

         Efectivamente, el sionismo es un problema, tanto para los judíos, en rigor, como para los pueblos cristianos. Estos no pueden admitir que una parte, a veces considerable, de sus ciudadanos, pretenda gozar de los beneficios de una doble nacionalidad, que les permite vivir en Inglaterra, en Francia, en Estados Unidos, en la Argentina, con todos los derechos de los ciudadanos corrientes, y reservar los desvelos patrióticos a Eretz-Israel. Este problema es grave y, desgraciadamente, imposible de resolver sin la emigración masiva de los 18 millones de judíos que viven en el mundo al Estado israelí. Pero lo es también, e igualmente imposible de resolver, para los mismos israelíes que no pueden absorber a tanta gente sin encontrarse ante el dilema de morirse de hambre o de «colonizar» al Medio Oriente en su conjunto. Teniendo en cuenta esta doble imposibilidad, es deseable -lo sugirió Arthur Koestler- que la mayor parte de estos sionistas sin destino nacional acaben integrándose de modo incondicional, esto es, tanto religiosa como nacionalmente, en el país a donde la diáspora los ha llevado. El mismo presidente Ben Gurion lo reconocía cuando declaraba a l’ Arche, órgano del Fondo Social Judío Unificado, en 1963: «Todos los goyms que se preocupan al ver a los judíos tomar demasiada influencia en su país, no son forzosamente antisemitas. Yo intento ponerme en su lugar…».

Más difícil aún es el problema de los judíos anti-sionistas, tanto para los pueblos cristianos como para los israelíes. Tengamos presente que, por lo general, se trata de gente, no ya indiferente -vale decir, integrada en la comunidad nacional de su elección- sino de individuos que combaten al sionismo en tanto que militantes comunistas, o sea, a la par que peligrosos en extremo para Israel, empeñados en subvertir a las naciones en las que se han radicado. Los otros, esto es, los judíos integrados en las naciones cristianas -fieles o no a la ley mosaica- no constituyen amenaza alguna. Una simple referencia a la actitud irreprochable de los judíos norafricanos durante la guerra de Argel y, en incontables circunstancias, su heroísmo en el combate, es suficiente para ilustrar su patriotismo francés. Este es el estado exacto de la cuestión. El resto no es más que antisemitismo visceral, cuyos portadores no se dan cuenta de que, practicándolo en esos términos escuetos, caen en un sinfín de contradicciones que les impiden estudiar el problema desapasionadamente.

Lo dicho hasta aquí no me impide reconocer -y tengo especial interés en subrayarlo en este lugar- que no pocos judíos concurrieron poderosamente a la aceleración del descalabro de las naciones occidentales, de Spinoza en adelante, hayan sido filósofos, militantes políticos o banqueros. Para ilustrarlo, bastará recordar el papel representado por los Kuhn-Loeb, los Warburg, los Rathenau, etc., en el financiamiento de la revolución bolchevique, igualmente sostenida, será conveniente recordarlo, por Ludendorff y por Guillermo II. Mas, pregunto: ¿es mayor la culpa de los judíos o la de los «cristianos» que nos hemos descristianizado del siglo XVIII en adelante? ¿Quiénes hicieron uso tan inmoral de los aciertos técnicos de la revolución industrial y dieron nacimiento al capitalismo deshumanizado? ¿Los judíos o los cristianos? ¿Quiénes «hicieron» la revolución francesa de la que todo ha salido, incluída la revolución bolchevique? ¿Los judíos entonces desprovistos de derechos ciudadanos o estos mismos «cristianos» descristianizados, a partir de Pierre Gassendi y pasando por Montesquieu, Voltaire, Rousseau, el abate Siéyes, etc.? La revolución francesa la «hicieron» los nobles y los burgueses que no querían pagar impuestos a la renta, embargados por las luces, víctimas morales, nada inocentes por cierto, no ya de Spinoza, sino de los epígonos abusivos de Descartes y de Pascal. A los judíos, Napoleón les dio estatuto político pleno, y ellos lo aprovecharon, esto es cierto, porque en una transformación económica y social ordenada por el emperador al servicio de  la plutocracia naciente, éste era el medio más seguro para salir del ghetto e insertarse en una sociedad ya totalmente materializada en sus capas dirigentes.

Por otra parte, que los Rothschild y los Péreire acompañan a Napoleón III, en su empresa de entrega de la sociedad francesa a la especulación plutocrática, ya suficientemente afirmada, ello también es innegable. Pero ¿por qué no lo hubieran hecho, mientras lo hacían todos los banqueros católicos y calvinistas, en un mundo sometido enteramente al imperio de la alta finanza internacional? Lo mismo había sucedido en Inglaterra, en Austria-Hungría y estaba sucediendo en Alemania, en Italia, en los Estados Unidos. Pero, en todo esto, la responsabilidad de los judíos fue parcial; la nuestra -la de los «cristianos»- total e imperdonable porque éramos aún los que mandábamos.

Allí donde hemos llegado, cristianos y judíos juntos, lamento mucho tener que preguntar: ¿dónde está nuestro Jabotinsky -que podría llamarse Juan Pérez, Jacques Durand, John Brown, etc.- capaz de contestar, tan claramente como él hizo a favor del activismo nacional hebreo, a las necesidades apremiantes del activismo nacional, inexistente ya, de los pueblos cristianos? Lo que cuenta aquí no es ser judío, es ser banquero…

Las responsabilidades de los Estados Unidos en el desmembramiento intelectual y moral de Occidente ¿quién las niega? Por mi parte, las he señalado demasiado a menudo para tener que repetirme aquí. Pero ¿quién hizo a los Estados Unidos lo que son? ¿Los judíos, sionistas o no? ¿No fuimos nosotros acaso cuando circulaban por el mundo en busca de alimentos intelectuales, en la conciencia de que las estupideces someras de Benjamín Franklin no eran más que esto, estupideces? ¿Qué modelos les hemos proporcionado? No por cierto San Luis, ni Maximiliano de Austria, ni Carlos V, ni Luis XIV, a los que nos hemos encargado nosotros mismos de descartar como «obscurantistas» y «déspotas», ni Joseph de Maistre, ni Donoso Cortés.

Les hemos dado Rousseau, Voltaire, Locke y Robespierre, Hegel y Emile Zola, y seguimos en la lanzada con Sartre y Simone de Beauvoir. ¿Les hemos dado las Luces y nos devuelven las tinieblas? Olvidamos muy fácilmente que nosotros, los «cristianos», fuimos quienes les metimos en la cabeza las ideas que, ahora, dan un sabor tan amargo a la sangre que sus muchachos derraman en el Vietnam después de haberla derramado, inútilmente, en Corea. ¿Tan inútilmente, en verdad? ¿Qué sería del mundo libre, incluida América Latina, si no hubieran luchado en Corea? Y ¿qué sería de todos nosotros mañana si se dieran por derrotados en el Vietnam? Lo incomprensible es que, con lo que les hemos enseñado durante doscientos años, encuentren aún gente suficiente para ir a la muerte sin saber a ciencia cierta por qué. Mientras tanto, los plutócratas hacen su pascua y, entre ellos, no pocos plutócratas judíos. Otra vez ¿quién lo niega? Pero ¿quiénes organizaron este mundo en que vivimos de modo de que cayera algún día en las garras de la plutocracia? ¿Los judíos o los «cristianos»? Vuelvo a preguntar: ¿dónde estaban los judíos en el siglo XVIII, cuando todo empezó? En el ghetto, como remendones, cambalacheros o prestamistas al menudeo.

Esto no es filosemitismo, ni servicio de la plutocracia internacional. Es búsqueda de la verdad, esta verdad que no está ni en la revolución francesa, ni en el capitalismo, ni en la plutocracia, ni en ese antisemitismo visceral que nos carcome desde adentro como un cáncer, cuyo crecimiento devorador está determinado a control remoto por el pulsante marxista-leninista. Y éste no se mueve en aplicación de consignas trazadas por el «judaísmo internacional», sino por el efecto, inmediato o lejano, de la empresa demoníaca anticristiana llevada a cabo por hombres que fueron cristianos y que, lejos de perder su fe en Dios, lo traicionaron, y lo traicionan, en pleno conocimiento de causa, para servir al Maligno. Este no es un revolucionario marxista-leninista ni un judío. Es un ángel caído que quiere hacernos caer a todos, aun a los judíos que siguen creyendo en Dios.  Y a los musulmanes, por supuesto.

Pues, en suma, el pensamiento de Marx no es hebreo, ni rabínico, ni talmúdico, como tanto se sostiene. Es hijo directo de la Ilustración, de Hegel y de Feuerbach. Exactamente como el de Lenin no es eslavo, sino anarquista, esto es, demoníaco, porque se informa en un odio incoercible a Dios, el de los cristianos y el de los judíos, como el de Stalin. Y el de Mao Tsë-tung -esto resulta sorprendente solamente a los ojos de quienes afirman obedecer a las instancias de la Razón, del Progreso y de la Ciencia- se ordena a ese mismo odio por el Dios de los cristianos, aun cuando su padre fuera confuciano y su madre budista. ¿Por qué el primer acto de la Gran Revolución Cultural consistió en cerrar y profanar los pocos templos cristianos que quedaban en Peiping para uso de los diplomáticos extranjeros?

¿Qué tienen que ver los judíos con todo esto? Los tuvieron a Spinoza y a Marx, a los Rothschild y a Trotskiy. Pero nosotros los tuvimos a Cromwell y a Robespierre, a Lenin y a Stalin y, ahora, los tenemos al ilustrado Sr. Brezhnev, a nuestros plutócratas que van a misa, a Fidel Castro, que fue cristianamente educado. ¿Quiénes somos para reprochar algo a nadie?

Nada de ello me impide seguir hoy tan indignado como ayer por ciertos procedimientos del Estado de Israel: el saqueo de Alemania y, lo que es más grave, de los alemanes, llevado a cabo con frialdad -y con la complicidad de los cristianos de Washington, de Londres y de Bonn-, por los crímenes cometidos por una pandilla de locos delirantes cuales fueron los jefes del nacionalsocialismo; el rapto de Eichmann, miembro de número de esa pandilla, cumplido en aplicación de la ley del talión y en violación de todo derecho de gentes en un país extranjero, con la complicidad de individuos que se llenaban la boca con sospechosas referencias a la «civilización occidental y cristiana»; se falta de humanidad con los árabes de Palestina; su desprecio, cuando no su odio, contra Cristo y contra los cristianos nunca desmentido por sus más altos exponentes intelectuales, etc., etc….

Esto no me hace antisemita, como tampoco lo anteriormente dicho me hace filosemita, del mismo modo que la imbecilidad de Guillermo II y de Ludendorff, la crueldad escalofriante de Hitler no logran hacerme antialemán por principio, ni filogermánico por principio aquello que este país dio a la cultura occidental y al cristianismo. Odio los crímenes de Lenin, de Stalin y de su pandilla terrorista pero ¿debo odiar por ello a los rusos? En una óptica distinta -pero no tanto- las empresas subversivas de los comunistas de La Habana ¿deberían llevarme a preferir las hazañas caseras de Fulgencio Batista? Esta forma de maniqueísmo está en la base de todas las herejías de nuestro tiempo. Es por ello que me niego a aceptar la tesis demasiado simplista de que la victoria de Israel forma parte de la conjuración anticristiana, aun cuando sean anticristianos -ignoro si lo son- los catedráticos de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Y ésta es la razón por la que, finalmente, la derrota de los árabes no es la que me alegra, sino la de los soviéticos, por la simple razón de que, mientras aquéllos -que me inspiran mucha lástima- han caído por tercera vez en menos de veinte años en la trampa tendida por Stalin y sus sucesores, éstos siguen siendo los portadores de la herejía marxista-leninista, la más anticristiana de la historia.

SIONISMO Y COMUNISMO – LAS IDEAS DE VLADIMIR JABOTINSKY (I)

Reproduzco en dos tramos este viejo trabajo de mi maestro Alberto Falcionelli que quizás sirva para entender, a la luz del realismo político, el alineamiento de los actuales nacionalismos europeos con el Estado de Israel. Él me habló por primera vez del notable Jabotinsky, y años después lo hizo Pierre de Villemarest.

El texto es el Apéndice 2 de su libro “En torno a la cuestión china-Ensayo sobre la práctica de la revolución”(Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Historia, Mendoza 1967).

“Influenciado por El Estado Judío, libro de Theodor Herzl publicado en 1896, Jabotinsky adopta el sionismo en su expresión más extremista e impulsa una sociedad de “hombres obedientes hasta la muerte”. Se opone al socialismo y al movimiento obrero judío en Palestina. Funda el grupo Betar, milicias juveniles que visten camisas pardas como los miembros de las Secciones de Asalto nazis (Sturm Abteilungen o SA) y están organizadas al estilo de los squadristi fascistas.Menagen Begin e Isaac Shamir, que llegarán a ser primeros ministros de Israel, son en su juventud seguidores de Jabotinsky. Il Duce Benito Mussolini lo considera uno de los suyos y lo llama “el ciudadano fascista”. El laborista David Ben Gurión, fundador del Estado Judío en 1948, lo compara con el führer y lo apoda “Vladimir Hitler”. https://adversariometapolitico.wordpress.com/2012/12/16/jabotinsky-la-nostra-bandiera-y-el-fascismo-judio/

Mussolini permitió que el Betar se entrenase militarmente en Italia.

Y para ahondar más en la cuestión, es lectura indispensable la gran obra de Soljenitsin: Deux siècles ensemble (1795-1995). Tome 1-Juifs et Russes avant la révolution (1795-1917). Tome 2-Juifs et Russes pendant la période soviétique (1917-1972),Fayard), rigurosamente censurada porque demuele varios tabués.

La guerra relámpago llevada a cabo en junio de 1967 por las fuerzas armadas del Estado de Israel contra la coalición árabe (Egipto-Siria-Jordania) animada, fomentada, armada y asesorada por la Unión Soviética, sus resultados militares impresionantes, sus derivaciones políticas inmediatas, no sólo en el Medio Oriente, sino, sobre todo, en el resto del mundo, y las singulares tomas de posición  que ha dado lugar -vuelco espectacularmente «petrolero» de la política exterior francesa, pasividad realmente llamativa de la política exterior norte-americana, retroceso ni siquiera disimulado de los protectores moscovitas, silencio cauteloso de los chinos, etc.-, todo este conjunto de fenómenos «sorpresivos» nos lleva a cumplir una serie de reflexiones a partir del hecho específicamente israelí del que surgen, a su vez, comprobaciones que hacen, de modo muy preciso, a la relación general del mundo libre con el comunismo, y que permiten, por otra parte, descubrir la naturaleza exacta del movimiento sionista, tantas veces condenado cual apéndice del movimiento comunista internacional.

Una de estas reflexiones, la primera y, quizá, la más importante para el porvenir del mundo libre, es que la voluntad de sobrevivir de un pueblo pequeño, animado por un auténtico nacionalismo -que es aquel que no busca su inspiración en ideología alguna- es suficiente para interrumpir y torcer el así llamado «curso fatal de la Historia», del que los comunistas se han valido durante tanto tiempo para llevar a la opinión pública nacional -y a tantos intelectuales de Occidente- a considerar como ineluctable la victoria final del socialismo marxista-leninista. Corolariamente, esta gesta nos ayuda a comprobar que cuando un pueblo se encuentra ante aquello que Winston Churchill llamaba «hora de la verdad», esto es, en un trance que es simplemente de vida o muerte, triunfa únicamente si decide contar con sus solas fuerzas y opta por considerar como desprovistos de importancia los consejos de prudencia y las amenazas de coacción formulados por sus aliados más poderosos. Este axioma del «Curso fatal de la Historia» -que De Gaulle llamó «Vent de l’Histoire» cuando quiso justificar la capitulación de Evian-les-Bains- es uno de esos fantasmas ideológicos inventados para paralizar al «enemigo» y llevarlo a capitular sin combatir. Las batallas simultáneas del Sinaí, de Jerusalén y de las alturas de Golán lo demuestran copiosamente. Allí es donde se rompió la prepotencia militar e ideológica, no tanto de los árabes, como de los soviéticos. Y este es un ejemplo enceguecedor que, tarde o temprano, toda nación occidental u oriental deseosa de sobrevivir tendrá que imitar, hasta que se resigne a hacer lo mismo Estados Unidos.

         Una segunda reflexión, que tampoco me parece desprovista de importancia porque se sitúa directamente en el plano de la metahistoria, es que Israel sigue siendo el «pueblo elegido» del Señor. Este lo ama tanto como nunca y se reserva el derecho exclusivo, castigándolo cuando lo estima conveniente, de llevarlo por sus propios medios, que son misteriosos, hasta los fines que ha trazado. Ello significa que cuando algún otro pueblo, engañado o perturbado por sus jefes -Adolfo Hitler hace más de treinta años y, ahora, Nasser y sus acompañantes- se arroga la «misión» de destruirlo, no seguramente por motivaciones religiosas, sino por causas meramente materiales, el Señor se encarga de poner las cosas en su debido punto. Esto es, precisamente, aquello que se ha llamado con mucha exactitud: «misterio del judío en la historia».

Una tercera reflexión genuinamente política -que se encuadra, empero, en las dos reflexiones anteriores- es la que nos lleva a comprobar la incompatibilidad total y absoluta entre sionismo y comunismo.

Para fundamentar estas tres reflexiones -pero, más especialmente, la tercera-, me parece conveniente reproducir a continuación un texto de suma importancia, debido a la pluma de Vladimir Jabotinsky y publicado en 1933 en un periódico de Varsovia. Hago presente que ignoro en qué idioma fue escrito -polaco, yiddish o hebreo-, ya que lo saco de la revista de Milán II Borghese, que lo publicó en lengua italiana, en su entrega del 29 de junio de 1967. Mi versión es, por consiguiente, de segunda si no de tercera mano, porque la redacción de la revista no indica si su propia versión es directa. Lo que quiero señalar aquí es que las polémicas desencadenadas por la guerra entre el Estado de Israel y los países árabes, el hecho de que los PC del mundo entero hayan tomado de inmediato posición a favor de Nasser y de sus aliados, hacen indispensable una puntualizacíón. ¿Cómo entender, en efecto, que tantos hebreos afiliados a la ideología marxista-leninista se hayan volcado con la mayor virulencia contra su propio pueblo, ya sea en los países de la Cortina -¡qué otro remedio les quedaba!- ya sea en los PC del mundo libre, el francés, el italiano, el inglés, el argentino? ¿Cómo explicarse que es resto de las «izquierdas internacionales» -las que se dicen no comunistas, aun cuando se reconozcan marxistas o marxistizantes y aun aquellas que realmente no son ni una ni otra cosa- hayan entrado en tal estado de confusión. Este es el caso, por ejemplo, de la fórmula de centro-izquierda actualmente en el poder de Italia, como muestran el «filo-nasserismo» del prof. Amíntore Fanfani, ministro de Relaciones Exteriores y jefe del ala «progresista» de la Democracia Cristiana, el «filo-sionismo» medio vergonzante del Sr. Pietro Nenni, vicepresidente marxista del Consejo de Ministros y el «filo-sionismo» enteramente abierto del Presidente de la República Giuseppe Saragat, ex marxista y anti-comunista decidido que, ahora, está alineándose en posturas decididamente «nacionalistas»? ¿Qué significado tienen también la actitud «equidistante» del primer ministro Aldo Moro y, más aún, las expresiones de virulencia casi diría antisemítica del presidente De Gaulle, hombre por quien votan las derechas moderadas francesas? ¿Por qué, por lo general, las «derechas nacionales» del mundo libre -incluídos el Movimiento Social Cristiano de Josef Strauss, los varios movimientos monárquicos franceses y el Movimiento Social Italiano, todos acusados de antisemitismo por la izquierda internacional- se han pronunciado de inmediato a favor de Israel, «creación artificial y anti-occidental de la plutocracia internacional aliada del comunismo», y no del bikbashi de El Cairo, héroe epónimo de todo «nacionalismo» posible? El artículo de Vladimir Jabotinsky responde con treinta y cuatro años de anticipación a estos y a muchos interrogantes más.

Antes de empezar con la traducción, recordemos que Vladimir Jabotinsky fue el hombre que. más concretamente que cualquier otro, provocó el nacimiento de un Estado hebreo en Palestina. En el movimiento sionista fue el apóstol de la acción directa. Por esta razón. en la época de la primera guerra mundial, creó la Legión Hebrea y, cuando los ingleses, violando los términos y el espíritu de la declaración Balfour, negaron a los judíos el derecho a establecerse en Palestina, organizó el primer movimiento clandestino, la Haganá, a la que siguió, en 1937, la Irgun Zevaí Leummí, lo que, como subraya la redacción de II Borghese: «para emplear una terminología adherente a los términos de la polémica contemporánea, hizo de Jabotinsky el jefe de la derecha hebrea», y de Moshe Dayán y de sus amigos, auténticos «derechistas» puesto que fueron discípulos suyos y se formaron en las filas de la Irgun.

He aquí, pues, el texto anunciado.

SIONISMO CONTRA COMUNISMO

«Una persona culta tiene por lo general variadas convicciones por lo que respecta a muchas cosas. Sea pacifista; sea partidario de un idioma universal; puede ser adorador del pueblo árabe y augurarle una federación árabe de Marruecos a Mesopotamia; puede ser amigo de Inglaterra y augurarle que la India siga siendo británica; o, por el contrario, puede ser anglófobo y augurar que la India se libere de la dominación inglesa. Puede ser adversario del orden social actual y considerar al socialismo como bueno y culto. Puede estimar incluso que, para la realización del socialismo, la teoría comunista es mejor que la socialdemocrática. Se puede encontrar fácilmente a personas profundamente pensantes que alimentan estas convicciones, no sólo una, sino muchas contemporáneamente, filosóficas, o sociales, o religiosas. Pero estas convicciones no constituyen ideales.

«Se llama Ideal aquella de las convicciones a las que se sirve; y la prueba consiste en eso que, en cada caso en que surge un conflicto entre el ideal y una de las convicciones, se sigue el ideal y se sacrifica la convicción.

«Todo movimiento conoce semejantes problemas internos de conciencia. Ello sucede particularmente en los movimientos que revisten un carácter revolucionario. Quienes se adhieren a este tipo de movimientos son por lo general adversarios por principio de cualquier derramamiento de sangre, pero no se apuntalan sencillamente en un principio si el ideal lo requiere.

«Garibaldi fue, sin duda alguna, uno de los primeros que soñaron con una sociedad de las naciones que hubiera debido liquidar todas las guerras. Sin embargo, durante toda su vida, no hizo otra cosa sino combatir. Yo estoy plenamente dispuesto a creer que los comunistas rusos son por principio enemigos del militarismo, pero ellos tienen uno de los mayores ejércitos del mundo. Se puede describir ejemplos infinitos en cada campo de la actividad humana. Es una realidad férrea y una ley granítica que ningún hombre puede desear efectivamente una cosa, si no está dispuesto a sacrificarle sus demás convicciones, apenas ello se torne necesario. En esto consiste el grandioso y sagrado proceso de purificación, la pasión de todo ideal. Un ideal está hecho de tal manera que no tolera junto a sí ninguna competencia. Se puede tener tantas convicciones como se quiera, más se puede y se debe servir una sola de ellas… Todas las demás, por hermosas y valiosas que sean, es necesario alejarlas si aquélla lo requiere. No discutimos aquí si esto es éticamente justo o no (yo tengo para mí que esto es éticamente justo); pero es así y no puede ser de otro modo.

«Pues el problema fundamental consiste en esto: ¿Se puede unir el servicio del sionismo con la confianza en el comunismo? Sí se puede, no existe ningún conflicto. Pero ¿si no se puede?

«Observemos la realidad, pero observémosla objetivamente. Objetivamente significa: olvidar que yo que estoy escribiendo estas líneas soy adversario, no sólo de los métodos comunistas, sino también, por vías de consecuencia, del orden socialista. Aún más: olvidemos aun cómo se comportan los comunistas ante el sionismo allí donde están en condiciones de dañarlo. Tomemos solamente la pura esencia de las concepciones comunistas y preguntémonos si ella está de acuerdo con los intereses de la reconstrucción sionista.

«Para la reconstrucción sionista, necesitamos dos cosas, haciendo abstracción de los hombres: en primer lugar, un país, o sea, la posibilidad de transformar a Palestina sin obstáculos por parte del actual gobierno y por parte de la mayoría actual; en segundo lugar, un capital. ¿Qué es lo que dice la pura ley del comunismo con respecto a estos dos momentos?

«Por lo que hace al capital: el dinero para la reconstrucción proviene por más del 90 por ciento de los bolsillos de nuestra clase media. Todas nuestras industrias fueron creadas por la clase media. El dinero para construir Tel Aviv ha sido aportado por la clase media. De las colonias agrícolas, las antiguas fueron construídas parcialmente con el dinero de los pequeños burgueses y, en parte, con el dinero de los grandes capitalistas. El grupo menos antiguo, con los aportes del ICA, esto es, del barón Hirsch. Las colonias nuevas, como, por ejemplo, el Emeq, con el dinero de la Qeren Hayessod: otra vez la burguesía. Puede gustar, o no, pero es así. Y la más pura de las puras esencias del comunismo significa: lucha de clase contra la burguesía. Debe de arrebatarle la pequeña y la gran propiedad, es decir, arrancar la única raíz de la que se puede obtener dinero para Palestina.

«Sucede lo mismo si, bajo el rumbo capital de reconstrucción, incluímos las empresas privadas o los fondos nacionales: esto y aquello provienen de los bolsillos de la clase media y de ninguna otra parte, porque otras fuentes no existen. Últimamente, la Histadderúth intentó recoger dinero entre los obreros norteamericanos. Muy bien. Pero, comparados con los 40 millones de libras esterlinas que hemos traído a Palestina desde los tiempos de la guerra en adelante (ésta es la cifra contenida en la respuesta del Ejecutivo Sionista a la relación Simpson), estos donativos son como una gota de agua en el mar. Y no puede ser de otro modo. El proletariado es el proletariado, y su primera característica es la de no tener dinero.

«Y ahora, en lo que concierne al problema país: la esencia del comunismo radica en que él incita, y debe de incitar, a los pueblos de Oriente contra la dominación europea. Justamente esta dominación es, a sus ojos, imperialista y explotadora; por mi parte, yo creo que únicamente la dominación europea los ayuda a transformarse en pueblos civilizados; mas éste es otro problema que no debe examinarse aquí. Una cosa es clara: el comunismo agita y debe de agitar a los pueblos orientales y puede hacerlo solamente en nombre de la liberación nacional. Él les dice y debe de decirles: vuestros países son para vosotros y no para los demás. Debe decirlo también a los árabes de Palestina. Para hablar con mayor precisión: él debe decirlo particularmente a los árabes de Palestina. Pues existe una ley estratégica que ningún ejército y ningún movimiento de lucha deben de olvidar: es necesario atacar al enemigo en su punto más débil. Los hebreos son más débiles que los ingleses, los franceses y los italianos.

«Una vez más tengo que subrayar: yo no hablo aquí de la mala voluntad de los comunistas. Ni por pienso. Yo conozco bolcheviques rusos que tienen incluso una simpatía sentimental por el sionismo. Pero esta simpatía es impotente para cambiar su relación objetiva con el movimiento sionista. La esencia del comunismo es antisionista, lo quieran o no todos los Stalin. El comunismo debe de tender a dar a los árabes la posibilidad de hacer de Palestina una parte árabe de un gran Estado árabe; no puede actuar de modo diferente. Y el comunismo debe de tender a destruir la única parte de nuestro capital de reconstrucción, la burguesía hebrea, pues su alfa y su omega se fundan en la lucha de clase contra la burguesía.

«No sólo es imposible servir dos movimientos semejantes. No se puede siquiera permanecer fiel a uno de ellos aun teóricamente, si se sirve al otro. Si se sirve al sionismo, cada uno de nuestros pasos nos obliga a trabajar y a combatir contra el comunismo. Cada paso hacia adelante del comunismo, sin que importe donde se dé, en México o en el Tíbet, siempre es una pérdida para la reconstruccíón de la Palestina hebrea; cada derrota del comunismo es una ganancia real para el sionismo. Rara vez se ha visto semejante ejemplo de absoluto, unilateral y objetivo contraste entre dos movimientos. Ni siquiera el nacionalismo árabe es objetivamente tan nocivo para nosotros; amenaza únicamente un aspecto de nuestra aspiración, entraña solamente el peligro de obstáculos mayores en Palestina. Pero no amenaza las fuentes del dinero necesario para la reconstrucción, y mientras se pueda construir siempre existe una esperanza.

«El nacionalismo árabe, por fuerte que logre tornarse, no puede tener la tendencia de aquellas naciones occidentales que los comunistas llaman imperialistas, esto es, la tendencia de tener en Oriente influjo y dominación. Mientras perduren semejantes tendencias, nosotros los sionistas tenemos la esperanza de encontrar aliados naturales. Pero el comunismo destruye todo aquello que nosotros necesitamos para la reconstrucción de un Estado hebreo en Palestina, tanto las garantías políticas, como los medios materiales, así como también la esperanza de encontrar a quienes nos sostengan en los países occidentales, ya que éstos tendrán que ser igualmente sovietizados» (…) «Para nosotros, el comunismo es como un gas asfixiante, y así usted tendrá que considerarlo. Como todo intelectual, usted tiene una cantidad de opiniones y de persuasiones. Decídase y elija aquella a la que quiera servir. Todas las demás, tendrá que tratarlas como el gobierno soviético trata de pacifismo.

«Si el asunto funciona, muy bien. Para si  no funciona, entonces sobreviene el conflicto porque las demás convicciones tienen que someterse a aquella que estimamos como nuestro ideal. Un hombre puede hasta llegar a vivir sin tener un ideal. Esto no lo daña en su proceder. Pero, con dos ideales, no se puede ser un verdadero hombre. Sólo se puede ser un charlatán. Piénselo bien, y elija. Si el comunismo llega primero, buena salud. Mas si el que llega primero es el Estado Hebreo de Palestina, su simpatía por el comunismo debe de permanecer palabra vacía, una cosa que obstaculiza, una cosa que usted tendrá que combatir con pies y manos, así como hago yo. Yo lo hago con gusto. Usted lo hará lamentándolo. Mas ésta será la única diferencia. No existe otra opción».