PARA DESASNAR A MILEI Y SU “PRÓCER” BENEGAS LYNCH

EL LIBERALISMO ES UN ERROR EN MATERIA DE FE Y DE RELIGIÓN

“El liberalismo, en cuanto es un error en materia de fe y religión, es una doctrina multiforme que emancipa en mayor o menor proporción al hombre de Dios, de Su ley, de Su Revelación y, consecuentemente, desliga a la sociedad civil de toda dependencia de la sociedad religiosa, es decir de la Iglesia que es custodia de la ley revelada por Dios, su intérprete y maestra.

Me refiero al liberalismo, en cuanto representa un error en materia de fe y de religión. Porque si consideramos el contenido del vocablo, fácilmente se apreciará que el liberalismo, no sólo en las cosas atingentes a la religión y a las relaciones con Dios, tiene vigencia o puede tenerla. Por cierto, la emancipación de Dios fue el fin principal intentado. En efecto, se reunieron contra Dios y contra Su Cristo, diciendo: «Rompamos sus ataduras y arrojemos de nosotros su yugo». Pero para este mismo fin prefijaron un principio general, que sobrepasa los límites del ámbito religioso e invade y penetra todos los campos de la actividad humana. Es el principio es el siguiente: la libertad es el bien fundamental, santo e inviolable del hombre, contra el cual es un sacrilegio atentar por medio de la coacción; y de tal modo esta misma irrestringible libertad debe ser puesta como piedra inconmovible sobre la cual se organice todo de hecho en la humana convivencia, y como norma inconmovible según la cual se juzgue todo de derecho, que sólo sea dicha equitativa, buena y justa la condición de una sociedad que descanse en el citado principio de la inviolable libertad individual; inicua y perversa la que sea de otro modo. Y esto es lo que excogitaron los promotores de aquella memorable Revolución de 1789, cuyos amargos frutos ya se recogen en casi todo el mundo. Esto es lo que constituye el principio, el medio y el fin de la «Declaración de los derechos del hombre». Esto es lo que para aquellos ideólogos fue como la base para la reedificación de la sociedad desde sus últimos cimientos, tanto en el orden político, económico y doméstico, como principalmente en el orden moral y religioso”.

(Louis Billot, El error del liberalismo, Colección Clásicos Católicos Contrarrevolucionarios, Cruz y Fierro Editores, Buenos Aires, 1978, págs. 37-38)

EL HOMO OECONOMICUS ES UNA CREACIÓN DEL LIBERALISMO Y DEL MARXISMO

El hombre moderno da la primacía a la materia y sacrifica lo espiritual a lo económico. Prefiere el bienestar a la fuerza y a la alegría. Abandona la tierra de sus antepasados y de sus humildes amigos los animales para vivir en el pueblo sin alma de las máquinas. Olvida los trigos ondulantes bajo el sol, el recogimiento del bosque, la paz de la noche, la armoniosa belleza de las plantas, de los árboles y de las aguas. Se encierra en las duras ciudades de líneas geométricas. Se despersonaliza en el monótono trabajo de las fábricas. Viola, sin sospecharlo, todas las leyes de la vida. Entonces se consuma nuestro divorcio de la realidad.

Avanzamos hoy por el camino del tiempo al azar del progreso de la tecnología, sin ningún miramiento para las necesidades de nuestro cuerpo y de nuestra alma. Aunque sumergidos en la materia, nos creemos independientes de ella. Queremos ignorar que, para sobrevivir, es preciso que nos comportemos, no ya según nuestra fantasía, sino de la manera exigida por la estructura de las cosas y de nosotros mismos. La humanidad civilizada se hunde en este error desde hace varios siglos. La historia de nuestra emancipación moral y de nuestro abandono del sentido de lo sagrado se confunde con la de la desobediencia a las leyes esenciales de nuestra naturaleza. Considerar, por ejemplo, el provecho como la finalidad específica de la existencia ha restringido arbitrariamente el campo de las actividades humanas. No es posible limitar nuestros esfuerzos a la persecución exclusiva de ventajas materiales sin restringir nuestra personalidad. El homo oeconomicus es una creación del liberalismo y del marxismo, y no de la naturaleza. El ser humano no está construido únicamente para producir y consumir. Desde el comienzo de su evolución ha dado pruebas de amor a la belleza, el sentido religioso, de curiosidad intelectual, de imaginación creadora, de espíritu de sacrificio, de heroísmo. Reducir al hombre a su actividad económica equivale, pues, a amputarle una parte de su ser. El liberalismo y el marxismo violan, por consiguiente, tanto uno como otro, las tendencias fundamentales de la naturaleza.

(Alexis Carrel, La conducta en la vida, 2ª edición, Editorial Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, junio 1951, págs. 63-64)

Notas del Francotirador

1) El cardenal Louis Billot (1846-1931) justamente llamado “Honor de la Iglesia y de Francia” fue uno de los más grandes teólogos de los últimos tiempos. Por sus libros estudiaron el P. Castellani y el P. Meinvielle. El texto es parte de su obra maestra De Ecclesia Christi, a la cual incorporó dos páginas de Liberalisme et liberté, un opúsculo de Maurras.

La edición de Cruz y Fierro estuvo a cargo de nuestro amigo Gustavo Daniel Corbi, que escribió un sustancioso estudio preliminar.

2) Marie Joseph Auguste Carrel-Billiard (Sainte-Foy-lès-Lyon, Francia, 28 de junio de 1873-París, 5 de noviembre de 1944), conocido como Alexis Carrel, fue un biólogo, médico, investigador científico, eugenista y escritor francés. Por sus contribuciones a las ciencias médicas fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912.

En Francia, fue honrado con la Orden de la Legión de Honor. Fue miembro de la Accademia de Lincei (Pontificia Academia de Ciencias). En mayo de 1902 fue testigo ocular de una curación extraordinaria en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, lo cual significó el comienzo de un cambio progresivo en su vida, que lo llevó del escepticismo a la fe. Hoy es considerado uno de los conversos más famosos de Lourdes. https://es.wikipedia.org/wiki/Alexis_Carrel

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