1) JUDITH BUTLER, FILOSOFA FEMINISTA Y TEORICA DEL GENERO
Casi como una rock star. Así fue recibida en Buenos Aires, con gritos entusiastas y fuertes aplausos, la filósofa feminista y teórica del género Judith Butler, en cada una de las tres conferencias que dio en claustros universitarios y en la entrevista pública que ofreció en el Centro Cultural Kirchner.
Figura intelectual ineludible de las humanidades, Butler es profesora Maxine Elliot de Literatura Comparada de la Universidad de California, Berkeley, y profesora Hannah Arendt de la European Graduate School. Recibió numerosos premios y distinciones, y publicó libros que se consideran imprescindibles para los estudios de género y la teoría queer como El género en disputa, Cuerpos que importan y Deshacer el género. De su obra sobre teoría política y ética se destacan Contingencia, hegemonía, universalidad escrito junto con Ernesto Laclau y Slavoj Zizek, Vida Precaria y Dar cuenta de sí mismo, entre otros.
Quienes fueron sus anfitrionas se sorprendieron porque a pesar de su reconocimiento a nivel global por sus aportes intelectuales, resultó ser una “easy guest”, muy afable y accesible, sobre todo frente a los estudiantes (con un grupo de ellos compartió una cena). Butler se mostró muy fascinada por la política en general y particularmente la política local.
La visita
No fue su primera vez en Buenos Aires. Pero en esta oportunidad tuvo una agenda muy intensa: en la primera de sus tres conferencias, “Laclau, Marx y el poder performativo de la negación” –organizada por la Cátedra Libre Ernesto Laclau, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA–, enfatizó la necesidad de mantener vivo el trabajo del gran filósofo argentino, que falleció el año pasado, como continuidad de la conversación que establecieron entre ellos. Después deleitó con su charla “Cuerpos que aún importan”, convocada por la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género de la Untref. De nuevo en Filosofía, expuso –como parte del seminario “La educación entre la violencia ética y el reconocimiento responsable. Un abordaje ético-político”–, sobre “Foucault, obrando mal, diciendo la verdad”. En ese marco, la decana Graciela Morgade le otorgó el reconocimiento de Doctora Honoris Causa. Pero entre las dos últimas conferencias, participó de una entrevista pública en el Encuentro Nacional del Pensamiento, en el marco del Festival Cine Migrante, donde la Sala Argentina estuvo colmada y más. Sus entrevistadoras fueron dos investigadoras del Conicet, Laura Fernández Cordero, doctora en Ciencias Sociales, feminista, y Virginia Cano, activista lesbiana y feminista, doctora en Filosofía(en la foto)
Butler, acompañada por su traductora, se mostró muy bien dispuesta para responder. A lo largo de una hora, se explayó sobre distintos temas. Aquí se reproducen algunas de sus respuestas.
–Te seguís nombrando como feminista… ¿Por qué te parece importante asumir esa posición aquí y ahora? ¿Qué tienen aún para decirnos los feminismos? ¿Qué riesgos y desafíos asume esta identidad hoy?
–Sí, por supuesto asumo la etiqueta de ser feminista. Pero no significa que todo lo que yo sea, sea feminista. Lo que es importante es la posición que uno sostiene. Desde mi punto de vista, las mujeres continúan sufriendo en forma diferente y desproporcionada distintas formas de violencias, pobreza, analfabetismo, y estas formas de sufrimiento son expresiones que remiten a la inequidad. Esto no significa que esté tan de acuerdo con todas las formas feministas. Tampoco puedo considerarme una posfeminista. Mi feminismo está ligado al compromiso con el movimiento LGBT-queer, tanto a sus derechos y a sus aspiraciones, pero también a las políticas que se oponen al racismo, a la precariedad, y por supuesto, todo compromiso con la democracia en forma radical.
–Pensaba en esta articulación entre los feminismos y el movimiento LGBT, en las conquistas a las cuales hemos accedido a nivel latinoamericano y local. ¿Cuál le parece que es el valor de este tipo de articulación entre militancia, sociedad civil y Estado, y cuáles son los límites de tener al Estado y al derecho como un interlocutor primario?
–Realmente es admirable las leyes que tiene la Argentina, de matrimonio igualitario y de identidad de género. Para mí es muy importante. También soy consciente de que ustedes pueden casarse no importa con quien, ni cuál es el género de la persona con la que quieren casarse. Pero cuando tienen que elegir, tienen que elegir un género. Y tienen solamente dos opciones. Entonces, desde mi punto de vista, si hay que pensar en matrimonio habría que extender el concepto de género, es decir, que no importe qué género tiene esa persona. Nosotros tenemos el derecho a determinar cuál es nuestra identidad de género y tiene que ser reconocido por la ley. También es muy importante que no haya que someterse a ningún tipo de test psiquiátrico para poder cambiar su propio género. Tengo una pregunta crucial: ¿nosotros queremos un reconocimiento legal, que sea ése el objetivo de nuestra lucha política? La visión política puede exceder esta esfera del dominio legal. No toda libertad política puede ser asegurada o en cierta forma, nombrada por la ley. Las transformaciones políticas no son lo mismo que una reforma legal. Hay que tener en cuenta que tenemos que trabajar tanto dentro como fuera de la ley. En especial aquellos que buscamos tener relaciones íntimas que no están regladas por el matrimonio. Muchas veces requerimos cierta protección legal con un reconocimiento legal. También nosotras queremos seguir viviendo y amando por fuera de zonas jurídicas y legales (fuertes aplausos).
–¿Cuál es su posición frente al debate en torno a la regulación del trabajo sexual?
–Sé que mi posición es en cierta forma controvertida. Hay que buscar las formas de oponernos al tráfico de niños y a la explotación de los inmigrantes, pero al mismo tiempo tenemos que apoyar los derechos de las trabajadoras sexuales para que puedan trabajar en condiciones seguras, y que puedan conseguir un salario digno y una jubilación.
–Una pregunta sobre otro tema que es caro al movimiento feminista de nuestro país, que es el reclamo todavía insatisfecho sobre la legalización del aborto. ¿Cómo podemos pensar nuevamente esas conceptualizaciones como vida precaria, vulnerabilidad, que suelen estar más ligadas a los grupos provida, cómo podemos articular este entramado conceptual, teórico y político en un reclamo claramente feminista? Tomando palabras tuyas, una fuerte postura feminista sobre las libertades reproductivas.
–Ante todo, rechazo la definición de provida… ¿contra la vida?
–También rechazo el concepto de “antiderechos”. Este debate lo que trae es el tema sobre cuál es la vida que importa. Muchas de las organizaciones que hablan sobre la vida y los derechos del feto no tienen en cuenta que la vida de la mujer importa, cuál es la vida que decide vivir, qué es vivible para ella, cómo maneja su reproducción, cuándo quiere tener un hijo o no tenerlo. La gente con recursos financieros puede pagar un aborto y hacérselo y las mujeres pobres no tienen la misma posibilidad de acceder en forma privada a interrumpir un embarazo. Si mantenemos el aborto como una práctica ilegal estamos protegiendo los negocios privados y el aspecto lucrativo de esa práctica, y sostenemos una situación de clase: no solo se le quita a la mujer pobre la posibilidad de hacerse un aborto sino que se la criminaliza cuando lo hace. Los movimientos que apoyan la criminalización del aborto están criminalizando a las mujeres pobres. Entonces, estamos hablando de inequidad económica y de racismo. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-282673-2015-09-29.html
Por una iniciativa conjunta de la diputada María Rachid (FpV) y el diputado Daniel Lipovetzky (Pro), la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires distinguió como Ciudadana Ilustre a la militante por los derechos de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans), Ilse Fuskova. La ceremonia tuvo la participación de diversas organizaciones que luchan contra la discriminación sexual.
“Celebramos esta distinción a Ilse Fuskova por su extensa y su destacable trayectoria en el campo de los Derechos Humanos, de la lucha por la igualdad de derechos de lesbianas y de mujeres bisexuales y de toda la comunidad LGTB, y por su compromiso actual con el medio ambiente”, expresó la legisladora Rachid.
Fuskova se convirtió en 1991 en la primera mujer que salió públicamente a decir que era lesbiana ante las cámaras de televisión, en el popular programa de los mediodías de la conductora Mirtha Legrand, que llegó a medir casi 40 puntos de rating. Fue sin dudas un estímulo para otras lesbianas que recibieron sus palabras como sinónimo de libertad.
Luego de recibir los atributos de Ciudadana Ilustre de manos de María Rachid y el diputado Maximiliano Ferraro (CC-ARI), la homenajeada celebró el reconocimiento y agradeció por el cálido evento.
“Su lucha por modificar un sistema patriarcal heterosexista que somete a las mujeres y a las lesbianas, la eleva a la máxima referencialidad lésbica de nuestro país, ejemplo y estímulo para muchas de las generaciones posteriores”, destacan los fundamentos de la iniciativa. http://www.parlamentario.com/noticia-85811.htm
Se corta el pelo y se peina como un marimacho, se viste como un marimacho, habla como un marimacho, ergo es un marimacho.
Esta señora generosamente quiere resolver los problemas de la gente y no ha tenido tiempo de resolver los de identidad sexual suyos.